Una encuesta realizada por la consultora Enuvo da por ganador, en una eventual segunda vuelta para gobernador en Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, al actual intendente de Río Grande, profesor Gustavo Melella, quien derrotaría por treinta puntos de ventaja a la mandataria, Rosana Bertone. El estudio, que relevó 982 casos, tiene la particularidad de haber sido realizada en Ushuaia, excluyendo a Río Grande en donde la ventaja es más amplia. De todos modos, el escenario hoy se presenta sumamente favorable para un triunfo en primera vuelta del mandatario riograndense.
La razón más importante de esta tendencia electoral es la diferencia entre la imagen de gestión de la actual gobernadora y el intendente de la ciudad industrial de “la Isla”. Bertone acumula 71% de imagen negativa entre las categorías muy mala, mala y regular. Del restante 29%, apenas 15,4 puntos son de “muy buena”.
La situación es radicalmente inversa con Melella, cuya imagen positiva (entre muy buena y buena) es del 79,6%, contra algo más de 20 puntos negativa. Son números muy difíciles de revertir en cualquier escenario electoral cuyos comicios puedan hacerse en mayo (en un adelantamiento que le serviría a Bertone para encontrar un nuevo conchabo), junio u octubre.
Más allá de la pequeña ciudad de Tolhuin, el futuro político de Tierra del Fuego se juega en tres cargos: gobernador e intendencias de Río Grande y de Ushuaia. En Río Grande, las distintas encuestas realizadas en el transcurso de los últimos meses indican que el candidato que obtenga la bendición de Melella será quien lo suceda, mientras que en Ushuaia una coalición amplia que incluya a FORJA y al Movimiento Popular Fueguino (MoPoF), con la legisladora actual Mónica Urquiza como su probable compañera de fórmula, lograría arrebatarle, probablemente a través de Gustavo Ventura (dirigente que hoy se muestra como contendiente de mayores chances) al actual jefe comunal Walter Vuoto el liderazgo de la ciudad.
La proliferación de rumores sobre problemas personales del intendente Vuoto, con más que frecuentes viajes a la Ciudad de Buenos Aires y a la provincia de Córdoba por fuera de agenda y sin explicaciones de por qué suma tantas millas de viajero frecuente, son piedras en el zapato del jefe comunal que no posee experiencia ejecutiva. Ushuaia tiene el boleto de colectivo más caro que Río Grande (11 y 17 pesos respectivamente), está más contaminada pese a lo que gacetillas oficiales intentan mostrar y con un asfalto en peor estado que constituye la principal queja de los vecinos en cualquier ámbito, oficial y privado, favorable o desfavorable, a las "ideas" que dice sostener Vuoto.
Así comienza este año, con un escenario político que empieza a cerrarse sobre los candidatos con chances reales. La metodología utilizada por Enuvo incluye relevamientos en las 24 provincias argentinas y motoriza la posibilidad de que la gente pueda expresar sus preferencias desde un celular o dispositivo móvil con total garantía de privacidad, controlando de que todos puedan votar una única vez bloqueando el identificador de sesión (session ID) del navegador de los participantes y estableciendo un cookie identificatoria de cada votante, como también evitando la viralizacion de esta encuesta en entornos políticos ni sociales que tengan una preferencia clara por algún candidato en particular. El relevamiento se complementa con llamados a teléfonos para que la muestra sea aún más completa. Pero el no depender de llamados a teléfonos fijos o relevamientos con casos testigos por zonas permite democratizar la posibilidad de votar en una encuesta desde algo que todos poseen que es un dispositivo conectado a Internet, lo cual le da a este cúmulo de datos un percepción acabada del escenario político al día de hoy mucho más efectivo.
Vuoto ya lanzó su candidatura a la reelección pero el esquema que plantea al no poder romper su techo de votantes es fragmentar la elección en candidatos a fin a su espacio, en una estratagema similar a la pergeñada en 2015 cuando las candidaturas de Luis Castelli y Damián De Marco le facilitaron el acceso al sillón comunal. De manera demasiado evidente, Castelli se incorporó al gabinete de Bertone, haciendo De Marco lo propio en el de Vuoto, como para que las suspicacias y sospechas queden ratificadas desde el primer momento.