| 27 de enero

Urbanizar asentamientos: decisión política pero, ¿con qué costos?

Que luego de más de una década en que explotaran los asentamientos de los barrios altos de Ushuaia, un Intendente Municipal tome la decisión de regularizarlos, habla a las claras de la importancia de construir una Ushuaia en donde no haya vecinos de primera y de segunda. Sin embargo, no debemos omitir que existen reparos que hacen que debamos reflexionar sobre la cautela con que debe procederse en la regularización de los sectores altos.

Que luego de más de una década en que explotaran los asentamientos de los barrios altos de Ushuaia, un Intendente Municipal tome la decisión de regularizarlos, habla a las claras de la importancia de construir una Ushuaia en donde no haya vecinos de primera y de segunda. Sin embargo, no debemos omitir que existen reparos que hacen que debamos reflexionar sobre la cautela con que debe procederse en la regularización de los sectores altos. Primeramente, debemos recordar que la composición geológica del suelo sobre los que están asentados estos barrios es sumamente débil y con un riesgo de aludes que puede terminar con el sueño de una vida apacible para las personas de dichas zonas. Los estudios que había anunciado en su momento la secretaria de Desarrollo Urbano durante la gestión de Federico Sciurano, arquitecta Viviana Guglielmi, para determinar cuáles zonas resultan más seguras para urbanizar, nunca se dieron a conocer, por lo que hoy es imposible conocer si donde el Jefe Comunal, Walter Vuoto, piensa urbanizar, no sólo es viable sino también seguro.
 
Tampoco se puede omitir que el gran problema que padecen estos barrios es el de la falta de agua potable, pese a tener a pocas cuadras la Planta Potabilizadora del Glaciar Martial. La dificultad existente radica en que la cota de dicha Planta es ligeramente inferior a la de los barrios irregulares, por lo que la construcción de nuevas cañerías no sería de utilidad frente a la necesidad de aprovisionamiento de un servicio básico como el del agua potable.
 
Sería dable que la Municipalidad de Ushuaia pueda considerar los riesgos que conlleva la urbanización de áreas sumamente permeables a la humedad y las lluvias. Lo que queda en evidencia es que la urbanización, más allá de los detalles técnicos que deben estudiarse sí o sí, es una decisión política que debió tomarse hace tiempo en una Ushuaia que, por ello, dejó de ser una comunidad y dio paso a los rasgos de un ghetto.
 
Fuente: www.shelknamsur.com 
 
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