Ushuaia en zona de guerra: el deplorable estado de las calles y la incapacidad de Vuoto para proyectar obras básicas

Mientras el intendente Walter Vuoto no ceja en su empeño por dar por iniciada la campaña electoral de cara a la gobernación en 2023, incluso con la complicidad de algunos funcionarios (como Pablo García, Víctor de la Cruz de los peones de taxi o el concejal Gabriel De La Vega en las recientes manifestaciones del Centro de Empleados de Comercio en la Agencia de Recaudación Fueguina), la ciudad de Ushuaia atraviesa un caos generalizado fácilmente observable en algunas áreas de infraestructura como es el estado de las calles, mucho más parecidas a Bagdad o Siria u otras zonas de guerra que a una ciudad que presume de ser un atractivo turístico. 

Pese a que el Municipio percibe desde 2016 tasas con destino específico, como el Fondo Vial, el de Salud y el de Deporte, llegando a recaudar alrededor de 130 millones de pesos ese mismo año hacia el mes de septiembre; actualmente no se sabe cuánto recauda el Ejecutivo Municipal por tales conceptos, cuál es el uso que se le da a lo recaudado y qué se proyecta utilizar de tales Fondos. Lamentablemente y en una simple revisión de los asuntos pendientes de debate en el ámbito del Concejo Deliberante, tampoco se advierte interés de parte de los ediles para conocer cómo Vuoto administra los recursos del erario público que son, en definitiva, recursos de todos los vecinos. 

Paradójicamente, una de las principales falencias que en su gestión como concejal remarcó Silvio Bocchicchio siendo intendente Federico Sciurano, es el estado de las calles. ¿Quién diría que la combatividad de Bocchicchio tenía un precio y ese precio fue su designación como titular de la UISE? Indudablemente Sciurano carecía de la visión que tuvo Vuoto para evitar, no sólo las críticas de Bocchicchio sino para gozar del respaldo mayoritario de los ediles que hasta el momento han sido sumamente predispuestos para no incomodar al intendente con preguntas que pongan en evidencia la falta de gestión y la dilapidación de recursos en que incurre el Municipio. 

El nivel de alevosía con que el Municipio se convirtió en un mero ente recaudador incapaz de brindar los servicios y las obras mínimas que requiere cualquier ciudad. Así como suele decirse que la Argentina cobra impuestos como Suecia para brindar servicios como Afganistán, Ushuaia bajo la égida de Vuoto se convirtió en el prototipo de la administración negligente con los dineros públicos.